¿Es la Empresa Responsable de la “Basura Mental”de Sus Empleados?

No cabe duda de que la actividad productiva de las empresas genera contaminación en el medio ambiente y que ésta es socialmente responsable de ella: por este motivo muchas empresas tienen un protocolo de gestión de residuos, respetan una normativa medio-ambiental, y adhieren a protocolos de calidad medio-ambiental.

¿Pero, nos hemos parado alguna vez en analizar la “contamianción” mental que genera el trabajar en ciertos entornos profesionales?

Tomar decisiones con el miedo al fracaso que esto pueda suponer; conflictos laborales entre empleados y patrón; envidias entre compañeros; errores cometidos y consecuentes costes; malos entendidos; tensión por la dificultad de organizarse y coordinarse; rumores y corrillos entre “bandos”; mediar en situaciones con personas que tienen distintos intereses aparentemente contrapuestos; aplicar normas; inspecciones y sanciones; contención del gasto; reducciones presupuestarias; hacer más con menos; retrasos; falta de herramientas en estado optimo; falta de información para hacer bien el trabajo y tomar decisiones; etc.. Son todas situaciones más o menos habituales en un entorno de trabajo.

Y todas tienen en común una cosa: son todas potencialmente generadoras de preocupaciones, miedos, rabia, tensión y/o tristeza, según como se viven.

Quizás no nos demos cuenta, pero la actividad laboral, además de producir bienes y servicios, es también productora de basura no solo en el medio ambiental, sino mental y emocional.

La cuestión es que aún sabiendo que hacer con la primera (contaminación medio-ambiental), por ser evidente, material y concreta, no nos paramos en reflexionar sobre qué hacemos con la segunda (la contaminación psico-emocional).

Normalmente nos la llevamos a casa.

¿Nos imaginamos a una persona que lleva a su casa la parte que le corresponde de la basura medio ambiental que genera su empresa? ¿Qué haría con ella nada más llegar a casa? Imaginemos además que esa basura tuviese un pésimo olor: ¿Qué le dirían las personas que viven con él/ella en su casa?

Ahora bien, ¿Nos imaginamos al personal de una depuradora o de una oficina mecánica que antes de irse del trabajo no tuviera un lugar donde ducharse, asearse y cambiarse de ropa para quitarse la basura que lleva encima?

¿Por qué nos resistimos en hacer lo mismo con la basura mental que acabamos produciendo a lo largo de una jornada laboral?

Posiblemente porque desconocemos que esto es posible y porque no dominamos las técnicas para llevarlo a cabo con éxito.

Descargar las tensiones de trabajo e irse a casa aliviando las preocupaciones con el fin de no contaminar al resto de nuestra familia es desde luego una responsabilidad individual de cada uno, pero cierto es que si las empresas ofrecieran la oportunidad de hacerlo, ¿Cuántos se apuntarían?

Quizás las empresas no sean responsables de la “basura mental” presente en la cabeza de cada uno de sus empleados, pero cierto es que dentro de un enfoque de Responsabilidad Social Corporativa, pueden ofrecer medios para que quien lo desee, se “descontamine” de su propia basura antes de irse a casa, para disfrutar tranquilamente del resto del día con sus allegados.

Si los deportistas hacen sesiones de “descarga muscular” tras un intenso esfuerzo físico, y si esas sesiones las proporciona su club, por qué no proporcionar a nuestros empleados sesiones de “descarga mental” tras jornadas de mucha “carga psico-emocional”?

Las sesiones Afterwork de Mindfulness de Öptima están precisamente diseñadas para aliviar las cargas de tensiones psico-emocionales que una persona puede ir acumulando en el día a día de trabajo. Se pueden conocer las sesiones haciendo click aquí.

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