La Educación de la Mente Ética – un Libro con Prólogo de Roberto Crobu

El proceso de cambio que están experimentando muchas organizaciones actuales debido a la progresiva integración de evoluciones tecnológica como la Inteligencia Artificial, el Internet de las Cosas, el Machine Learning, el BlockChain, y su fusión con la biotecnología, nanotecnología e Infotecnología, están revolucionando las maneras y las formas que tenemos lo humanos de relacionarnos y cooperar entre nosotros: en pocos años los seres humanos pasaremos de ejecutar procesos de trabajo complejos ayudados por computadoras, a ayudar a las máquinas a realizarlos, siendo meros intermediarios entre dispositivos.

Los algoritmos han evolucionado, y apuntan a apartar al ser humano no solo de las tareas productivas más simples, sino de las más complejas.

Todo apunta a que nos convertiremos en piezas totalmente prescindibles para los procesos productivos, pero no es así.

¿En qué aspectos de los procesos productivos los seres humanos seguiremos siendo necesarios?

Según afirma Roberto Crobu, la mayor, más rápida e impactante transformación del trabajo en toda la historia del ser humano, impulsará a las personas a centrar sus funciones básicamente en la satisfacción de necesidades de otros seres humanos.

Todos los demás procesos productivos como la creación y cuidado bienes materiales, serán realizados por máquinas y líneas de códigos binarios. No será necesario acudir al puesto de trabajo y estar presencialmente en un lugar para atender a una tarea. Pero sí lo será para atender a una persona, no tanto para venderle un bien, sino para atender a sus necesidades físicas, fisiológicas y emocionales.

Teletrabajo, trabajo desde casa, serán el nuevo hábito profesional más extendido. Las relaciones laborales se transformarán dando lugar a una progresiva eliminación de la relación vertical empresa-empleado: el intraemprendimiento (empleados con iniciativa emprendedora e inquietudes que ofrecen a sus propias empresas ideas de desarrollo en las que éstas deciden invertir), convertirán al empleador en un cliente del empleado, y al empleado en un socio-estratégico de la empresa que le contrató y que se convertirá en el primer patrocinador e inversor de su idea.

Pero estas oportunidades no estarán al alcance de todos: para participar de los beneficios de esta transformación, habrá que estar adecuadamente educados en los principios universales humanistas en los que se basa la creación de confianza entre personas. Pero, paradójicamente, la confianza entre personas será lo más difícil de lograr, precisamente debido a la interferencia y el carácter invasivo que la tecnología tendrá en las relaciones entre personas y a la dispersión que conllevará tener acceso a un mundo digital de infinitas posibilidades.

La tecnología, a la vez que amplía las posibilidades de comunicación, también reduce la capacidad de comunicar e interactuar físicamente y cara a cara.

Las necesidades de contacto humano se verán en muchas ocasiones frustradas por la cada vez mayor incapacidad de las personas de establecer relaciones consistentes entre ellas.

La causa habrá que buscarla en la manera en la que la tecnología está anulando progresivamente ciertas habilidades que resultan esenciales para el establecimiento de la confianza ente las personas.

Habilidades como el sostenimiento de un esfuerzo orientado a objetivos a largo plazo, el aplazamientos de la recompensa inmediata en pro de la posibilidad de un mayor beneficio futuro, la capacidad de atención y foco necesario para no dispersarse, y el carácter emprendedor de arriesgar un valor seguro hoy ante la incertidumbre del mañana, son características que precisamente la dependencia de la tecnología y los algoritmos están progresivamente mermando y extinguiendo entre las personas.

La educación de una mente ética hoy para afrontar los desafíos del mañana se convierte en algo cada vez más necesario, con el fin de permitir a los seres humanos confiar entre ellos y cooperar en grandes colectivos. Desafíos como el hambre en el mundo, la contaminación, el calentamiento global, o la gestión justa de recursos naturales son problemas que ya no pueden ser abordados por colectivos separados y aislados, o por estados singularmente: requieren acuerdos a nivel global. Y la confianza será el cimiento necesario para establecer y mantener estos acuerdos.

El libro Desarrollo Humano V – La educación de la mente ética: un desafío del presente para el futuro, de los autores Lessy Gabriela Jakiwara, Lina María Tomás, y María José Lombarte, que Roberto Crobu tuvo el privilegio de prologar, consiste precisamente en un conjunto de ensayos que abordan desde perspectivas variadas, la importancia de formar y educar a las personas en valores éticos para afrontar los retos que nos presenta el mañana.

Esta obra representa un ejercicio de reflexión e investigación por parte de los autores que, junto con otros colaboradores a nivel internacional decidieron agrupar para subrayar la importancia del humanismo como eje fundamental de la educación y la ética. El prólogo de Roberto Crobu aporta, a través de sus reflexiones, un hilo conductor que relaciona cada ensayo con el resto, otorgando un sentido holístico a todo el conjunto y estimulando al lector a inferir las implicaciones más concretas y prácticas de cada trabajo, desde una perspectiva psicológica abierta y constructiva.

El libro se puede adquirir en formato e-book o en papel, en este enlace: https://www.dykinson.com/libros/materias/educacion/filosofia-de-la-educacion/0307/

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