Psicología del Liderazgo: ¿Existe la “Fortaleza Mental”?

Mucho se habló de los grandes líderes y campeones como Rafa Nadal, Zinedine Zidane, o Michael Jordan, y de acerca de su gran fortaleza mental y de cómo éstos lograron grandes éxitos gracias a esa cualidad. Pero ¿existe la “fortaleza mental”? y, ¿Cómo se entrena? ¿Es lo mismo tener fortaleza mental que tener personalidad?

Tal vez lo que primero tendríamos que hacer es diferenciar conceptos. La personalidad es una característica acerca de una persona que define su forma de ser. Es más o menos estable en la vida y no suele cambiar salvo que la persona se exponga a acontecimientos capaces de cambiar radicalmente sus rasgos o alguno de ellos: una persona por ello es extrovertida o introvertida, pasional o cerebral, etc. Difícilmente esas cualidades cambiarán a lo largo de su vida.

La fortaleza mental, como tal no existe en psicología. Se trata más de un término perteneciente a la jerga común para definir a aquellas personas que son capaces de sobreponerse a dificultades e imprevistos, logrando poner en práctica sus planes y ejecutar acciones que les llevan a ciertos resultados. No se trata de una cualidad de la personalidad, sino de un conjunto de cualidades habilidades cognitivas y emocionales que se pueden entrenar. En el concepto vulgar de “Fortaleza Mental” entran en juego dimensiones psicológicas como la capacidad de Foco, Autoeficacia, Locus de Control Interno, Optimismo Disposicional, Engagement, Resiliencia, Autorregulación Emocional, etc. El resultado de la interacción de estas dimensiones puede definirse como “Fortaleza Mental”. La “Fortaleza Mental” no define que una persona tenga necesariamente desarrolladas todas las micro-habilidades que componen ese concepto, tal como vulgarmente las personas piensan. Algunos pueden tener un alto Optimismo Disposicional y Engagement, pero tener escasa Resiliencia y escaso Foco, otros gran Autoeficacia, Optimismo y Resiliencia, y otros alta Autoeficacia, Alto Engagement, alta Resiliencia pero escaso Foco y escasa Inteligencia Emocional, y otros alto Foco, alta Autoeficacia, alto Engagement, pero escasa Resiliencia y escaso Optimismo, o gente que tiene gran Autoeficia, Resiliencia y Foco, pero escaso Optimismo y Engagement, viviendo las experiencias con mucha distancia.

La “Fortaleza Mental”, es una habilidad se puede entrenar y no será siempre la misma a lo largo de la carrera de una persona, ya que los acontecimientos que se afrontan forjan que las mircro-habilidades que la componen vayan desarrollándose o incluso mermando con el tiempo.

Lo que hace que digamos que una persona no sea fuerte mentalmente son generalmente los errores en situaciones comprometidas fruto de distracciones, indecisiones, titubeos, decisiones ambiguas, reacciones impulsivas, líneas decisionales poco coherentes, o cambios repentinos de planes, sin aparente justificación en los acontecimientos que las motivan.

Y aquí tenemos otro elemento más: el factor contextual. Una persona no es “Mentalmente Fuerte” en absoluto. Puede haber situaciones que le superan pese a considerarse habitualmente que es Mentalmente Fuerte. Edurne Pasaban supo conquistar las cumbres más difíciles del planeta, pero ella misma afirma que hubo otras situaciones en su vida que le superaron y que no fueron ligadas a su deporte, como cuando trató de quitarse la vida debido a una depresión causada por una ruptura sentimental.

Ser mentalmente fuertes puede ayudarnos a superar muchas dificultades, pero no nos exime de la posibilidad de encontrarnos en contextos que nos superan.

Está claro que cuanto más una persona se enfrenta a situaciones límites, es posible que se le acabe juzgando como “Mentalmente Fuerte”, dependiendo de sus aciertos o errores. Cuando se equivoca mucho, se dirá de ella que es mentalmente débil, sin analizar necesariamente que elemento en juego ha causado esa bajada de rendimiento (Autorregulación Emocional?, Autoeficia?, Foco?, Optimismo?, Engagement?, Resiliencia?, Uno de ellos?, Varios?). Es muy fácil que una de estas cualidades falle en un contexto nuevo, y eche por tierra un objetivo o reto.

Lo importante de trabajar con un Psicólogo es que éste es capaz de ayudarte a identificar el factor concreto y el elemento del contexto que interactúa con ese factor, y proponerte un plan de mejora.

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