Cómo reconocer si te merece la pena invertir energías en un conflicto
¿Te has encontrado alguna ves en situaciones desagradables con ciertas personas?
¿En el trabajo, en las relaciones sentimentales, en la familia, o con los amigos?
¿Pese a no quererlo, te viste envuelt@ en un conflicto simplemente porque otros te metieron?
¿Te suele pasar de pelearte con alguien, o que alguien se pelea contigo y preguntarte después cómo pudiste caer en ello?
¿A veces sientes que malgastas energías discutiendo con alguien o tratando de que entre en razón?
¿O te has sentido culpable contigo mism@ por haber pasado de alguien con excesiva contundencia?
Entonces este post es para ti.
Te va a encantar.
Porque te voy a desvelar 5 elementos en los que has de fijarte para saber si te merece o no invertir energías en un conflicto.
Quédate conmigo los próximos minutos y prepárate para sorprenderte.
Tal vez tus decisiones pasadas no fueron tan malas o todo lo contrario…
¿Quién sabe?
Prometo no dejarte indiferente.
Vente conmigo hasta el final, y te obsequiaré con un detalle GRATIS que te va a ayudar a reconocer a si estás en una relación tóxica.
El material de este vídeo sale de las reflexiones cosechadas con mis alumnos del curso ON LINE de Comunicación Positiva y Asertividad de la Universidad de Murcia.
Una formación que está teniendo un gran éxito, hasta tal punto que hemos ampliado el aforo para permitir hasta 100 personas inscritas en cada edición.
En 5 semanas y 8 vídeos, estamos cambiando vidas y relaciones. Increíble.
Si quieres saber más, te dejo información abajo:
https://casiopea.um.es/cursospe//comunicacionpositivai.f
Pero, antes de iniciar… Piensa dos o tres personas que conoces, con las que compartiste en alguna de las inquietudes sobre cómo gestionar ciertos conflictos. Piensa en las preguntas que te acabo de hacer. Por si alguien en algún momento te dijo algo parecido.
Te invito a que encuentres dos o tres personas que conozcas y que le compartas este post.
Seguro que tú y yo podemos ayudar a más personas.
Y si nadie te contó nunca nada, entonces comparte este post con las primeras tres personas que se te ocurren y diles: “mira lo que acabo de encontrar: ¿qué te parece?” estoy convencido que no le vas a dejar indiferentes y que te lo agradecerán, aunque de partida no sepas el motivo.
Verás, este tema es tan común que afecta prácticamente a todo el mundo.
Por eso quise hacer este post.
Me encanta ayudar a la gente.
Tu lo tienes gratis por seguirme.
Lo único que te pido a cambio, es que me hagas llegar a más personas para ayudarles.
Antes que todo…
¿Qué opinas de lo que te voy a decir a continuación?
Los conflictos ¿son buenos o malos?
¿Crees que se puede reconocer un conflicto cómo algo bueno, más allá de un “marronazo”?
¿Cómo lo harías?
¿Qué debería de pasar para que esto se considerase así?
Escribe la respuesta en un folio y guárdala.
Tal vez pienses diferente, cuando hayas terminado de leer este post y recuperes lo que escribiste.
O mejor…
Dímelo en los comentarios. Tengo mucha curiosidad de conocer tu punto de vista.
En lo que se refiere a mi posición, te aseguro que sí:
Hay conflictos muy positivos…
Piensa en qué bonito, por ejemplo, cuando te reconciliaste con la persona querida después de un conflicto… wow…. Qué momentos, ¿verdad?
Pero no siempre es así.
No hay que cometer el principal error que comete la gente.
¿Quieres saber cuál es? También te lo voy a decir a continuación.
Pero, ¿Cuáles son los conflictos que merecen la pena?
Yo los llamo conflictos Saludables, contrariamente al resto de conflictos que llamo Tóxicos.
Los conflictos en general no son algo malo.
Lo que ocurre es que nuestra incomodidad por tener que lidiar con una situación, nueva, desconocida, imprevisible, que nos obliga a un esfuerzo más, o que nos hace sentir en tela de juicio. O que nos despierta rabia o miedo. Es natural que no queremos vivirla y que la evitemos.
Lo incómodo no es el conflicto, sino la emoción que éste nos hace vivir. Y muchas veces proyectamos esa emoción en la otra persona, o la consideramos causa de esa emoción. Sin embargo no es la persona que nos está causando ese malestar, sino que es nuestra propia forma de vivir e interpretar esa situación es la causante de todo.
Si comprendes este pequeño matiz, puedes obtener grandes resultados de gestionar conflictos.
Y es posible que a partir de hoy muchas cosas cambien en ti para mejor.
Un conflicto saludable es una situación que te va a permitir estos 5 grandes logros:
- La relación y el entendimiento con esa persona crece y se eleva al siguiente nivel.
- Te libera de la culpa o te ayuda a liberar de la culpa a la otra persona.
- Se incrementa el nivel de confianza entre las personas implicadas.
- Te hace sentir más libre de actuar según tu propio criterio, sin miedo a que vuelva a pasar. Favorece la iniciativa.
- Rompe las ataduras de la dependencia emocional o de la coacción entre las dos personas. Favorece la autonomía.
Es muy importante que se den estas condiciones porque, muchas veces, solo nos quedamos en la superficialidad de la pasión de la reconciliación (cuando esto tiene que ver con relaciones sentimentales) o del entusiasmo de una buena cerveza o de una reunión genial con la otra persona si se trata de relaciones entre amigos o profesionales.
Todo esto no basta. Es natural que después de resolver un conflicto las dos partes tienen las ganas de aligerar la situación, rebajar la tensión y liberar adrenalina y endorfinas con actividades agradables.
Pero no es suficiente. Aquí podemos correr el riesgo de hacer el juego de la goma: la tensión durante el conflicto se extiende hasta un nivel que es necesario rebajar hasta aflojarse.
Pero,si solo se atiende a la necesidad de una rebaja de la tensión, el conflicto no se estará gestionando.
Simplemente se estará produciendo una tregua encubierta.
Previa a una nueva escalada de la tensión. Aquí hay que estar muy atentos a estas señales, porque en ocasiones puede pasar que una de las partes cree que el conflicto ha finalizado, mientras la otra parte simplemente está descansando para volver a la carga.
Pero también puede pasar que ambas partes pueden estar pensando en buena fe que el conflicto se ha resuelto, y simplemente disfrutar de una necesidad legítima de relajar la tensión. Esto sucede cuando no se tratan los temas nucleares del conflicto.
Y aquí venimos precisamente al error que comete la gran mayoría de la gente: atender primero la necesidad de aligerar la tensión, en lugar de abordar el asunto real del conflicto.
Es decir, dar prioridad a la parte emocional del conflicto (consecuencia) respecto a la parte orgánica del mismo (la razón que dispara el conflicto).
En pocas palabras, es cómo si a una persona se le ayudara a superar su miedo por las consecuencias posibles de una enfermedad contraída, y se desatendiera la parte orgánica afectada por la enfermedad.
Aligerar las tensiones de un conflicto puede ser un gran primer paso para abrir el diálogo. Pero el diálogo después hay que abrirlo.
Y cerrarlo. Cómo no.
Hay que partir ese melón.
Sin embargo muchas personas usan la rebaja emocional del conflicto como una vía de escape. Un método para conseguir la evitación del tema del conflicto de la manera más rápida,inmediata,y eficaz.
Auténticos Houdinis, escapistas.
Seguro que conocer a alguno, ¿Verdad?
O Seguro que te habrá pasado alguna situación parecida.
Si es así, escríbeme en los comentarios: ¿cuéntame tu experiencia y ojalá me das ideas para hacerte pronto un vídeo en mi canal de youtube, que te ayude a personalmente.
https://www.youtube.com/c/psicologiatrabajoybienestar
¿Estaría genial, verdad?
Me tienes a disposición, no pierdas la ocasión, escríbeme.
También hay 5 indicadores que te ayudan a reconocer un conflicto saludable.
¿Quieres saber cuáles son?
Te los voy a desvelar:
- Tanto tú como la otra persona manifestáis la voluntad (más que la necesidad) de entender y aceptar a la posición de la otra persona, sea cual fuere.
- Las dos partes asumís que tanto el acuerdo cómo el desacuerdo son posibles en pro de alcanzar una condición de mayor bienestar para las partes, y ambas partes estaisdispuestas a asumir las consecuencias de ambos extremos.
- Ambos buscáis el diálogo: ocasiones y tiempo para hablar.
- Se afronta lo que incomoda: es decir se trata la causa orgánica.
- Tanto tú como la otra persona al final habréis hablado de lo que os causa miedo, enfado o tristeza.
Al lado opuesto de todo esto están los conflictos tóxicos. Pero de ello te hablaré en otro post en un futuro.
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Y ahora me gustaría preguntarte, ¿recuerdas en tú vida algún conflicto saludable que cumpliese estas características?
Seguramente serán los menos.
Hace falta mucha madurez por ambas partes para afrontar un conflicto así.
Si es que sí, me encantaría que me escribieras en los comentarios cómo te sentiste en ese conflicto y después. Y que recuerdo tienes de esa persona o si sigues en relación con ella.
No hace falta que cuentes tu vida,ni los detalles,ni los motivos del conflicto.
Pero sí me gustaría conocer si le notas alguna diferencia respecto a otros conflictos tal y cómo la percibo yo.
Recuerda que las relaciones saludables no son ajenas a los conflictos.
Es más, la ausencia de conflictos normalmente esconde desinterés, manipulación, coacción o sumisión de una de las partes.
Podría decirte que las relaciones, ya sea de trabajo, de amistad, entre familiares o sentimentales, suelen durar más en la medida en la que las personas saben gestionar los conflictos, no evitarlos.
No es el número de conflictos lo que marca la durabilidad de una relación, sino la capacidad de los miembros para gestionarlo.
No es tan importante cuantas veces entras en conflicto con una persona, sino las veces en las que aprovechas la ocasión como oportunidad para aprender y crecer, ya sea junto con esa persona, o por tu cuenta.
A veces las relaciones se acaban porque una de las dos partes, o ambas, necesitan crecer. O quieren desarrollarse en una dirección concreta y por eso necesitan ponerle fin porque les resulta incompatible una cosa con la otra.
Es su elección, su proceso, y no tiene porque ser traumático.
Pero no todas las relaciones han de terminar con un conflicto, al igual que cualquier conflicto no debe por qué considerarse motivo necesario para acabar una relación.
A veces es motivo suficiente. Otras, representa una oportunidad de crecimiento.
Y ahora que sabes todo esto:
¿Crees que te puede ayudar en este preciso momento en tu vida?
¿Estás pasando por algún conflicto y te gustaría que te diera mi parecer?
¿O que te ayudara a llevarlo como Saludable?
¿Quieres contármelo?
Escríbeme en los comentarios.
¿Conoces a alguien que está pasando por un proceso parecido y estas reflexiones le pueden ayudar?
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¿Te gustaría que tratara más el tema de la gestión de conflictos?
Dímelo en los comentarios. Especifícame por favor el tema concreto. Sé lo más concret@ posible para permitirme ayudarte.
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No te olvides que este contenido se basa en mi curso de Comunicación Positiva y Asertividad que imparto para la Universidad de Murcia.
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Y ahora quiero premiar tu paciencia por llegar hasta este punto.
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Super útil y super rápido de leer y aplicar.
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Hasta pronto.
