Cómo Gestionar el Estrés

Cómo Gestionar el Estrés

Estrategia Fácil para Todos los Días

Imagina tener muchas cosas que hacer y muy poco tiempo para ellas: menos de lo que crees que vas a necesitar.

Esto te provoca estrés.

¿Qué vas a hacer para que ese estrés no te afecte?

Piénsalo….

Y ahora imagina cómo sería tu vida, vivida en plena tranquilidad.

¿Qué debería de ocurrir para que eso pasara?

¿Y si te dijera que eso no depende de nada más que de ti?

¿Crees que es imposible y que no es verdad?

Entonces quédate conmigo en los próximos minutos esta mañana.

¿Conoces la Estrategia de Inversión Activa?

La estrategia mental que te voy a detallar te va a sorprender por lo fácil que es aplicarla, y lo rápidos y eficaces que son los resultados.

Y si te quedas hasta el final…

Te prometo un jugoso regalo que te ayudará a aplicarla.

El material de este vídeo sale de las reflexiones propiciadas por las sesiones privadas con mis alumnos los cursos ON LINE de Introducción al Mindfulness, el de Gestión del Estrés y las Emociones en Entornos Profesionales con la Universidad de Murcia, a través del Método Óptima.

Imparto Mindfulness en la Universidad de Murcia desde el 2015. Después de 6 Ediciones del programa Presencial, 4 del On Line y una de formación de monitores, este año hemos pensado en una propuesta que nos propusimos fuera la más asequible del mercado en tres elementos clave:

  • Tiempo de dedicación de los alumnos. Lo más corto posible. Con ejercicios de entre 2 y 10 minutos.
  • Duración de la formación. 20 vídeos en total y muy poquitas horas a la semana. 4 semanas máximo de duración.
  • Precio. Que fuera menor de 100€ en la primera edición.

Logramos los tres objetivos.

Sinceramente creo que nadie te enseñará mindfulness de una manera tan directa, práctica, sencilla, eficaz, y económica.

Si quieres saber más, te dejo información abajo:

https://casiopea.um.es/cursospe//mindfulnessiniciacion.f

Pero, antes de iniciar… Piensa dos o tres personas que conoces, que se estresan con facilidad o que les gustaría vivir más tranquilos y serenos.

Comparte este post. Seguro que tú y yo podemos ayudarles.

Ahora sí, vamos a ello.

Te voy a contar la estrategia que probó una alumna mía y que le ha funcionado. Y que tras su experimentación, aconsejé a otras personas y vi que a casi todas les ha funcionado, siempre y cuando no cometían un error común.

¿Quieres saber cuál es ese error?

También te lo voy a desvelar después de comentarte la estrategia.

Para detallártela he de hacerte antes una pregunta y me gustaría que la contestaras.  Si es necesario pausa la lectura de este post y reflexiona.

Cuándo sientes estrés: ¿en qué parte del cuerpo notas su presencia y qué tipo de sensación notas es esa parte?

Cuéntamelo en los comentarios…

Quiero saberlo porque quiero ver de qué manera puedo ayudarte. Tal vez con otro vídeo más.

Es importante que contestes a esta pregunta porque éste es el origen de cómo solemos concebir el estrés, y de cómo esa idea nos despista a la hora de gestionarlo.

En efecto es muy frecuente identificar el estrés con una sensación extraña, cómo un “Alien” que toma posesión de nuestro cuerpo. Cómo algo ajeno a nosotros. Una entidad externa contra la cual hay que luchar para erradicarla de nosotros o eliminarla.

Hay otros enfoques que no tratan de erradicar el estrés, sino de aprender a convivir con ello. Pero siguen teniendo en común la concepción de que el estrés es “Algo” ajeno a nosotros.

Ya sea emprendiendo una lucha para erradicarlo, ya sea tratando de convertirlo en un conviviente, ambas estrategias posiblemente se equivocan al considerar el estrés cómo una entidad externa a nosotros.

Cómo si tuviera una conciencia propia: un sujeto pensante. Algo que actúa activamente en nosotros.

Sin embargo el estrés no es sujeto, sino objeto. El estrés en sí mismo no existe cómo entidad ajena a nosotros. El estrés es una “mentira” una idea que nosotros, los humanos, hemos definido para resumir un conjunto de sensaciones que son consecuencias de nuestras respuestas psico-fisiológicas por procesar determinadas situaciones cómo amenazante.

El estrés en definitiva es un cuento de los humanos. Una convención social. No existe cómo entidad con su propia voluntad de actuar. Ni siquiera es un bicho. No es un virus ni una bacteria.

No tiene vida propia.

Y tu me dirás: – Vale Roberto… todo esto está muy bien…. Pero, ¿de qué me sirve esta distinción?

Te va a servir para no equivocarte en la estrategia.

Si el estrés no es un ser con vida propia, no te servirán las estrategias que actúan sobre él cómo si fuera un virus o una bacteria.

Y en eso es donde se equivoca la mayoría de la gente. 

En tratar de gestionar el estrés cómo si fuera un caballo o un perro a domesticar.

Y aquí viene el gran consejo.

Presta mucha atención:

No se reduce el efecto del estrés actuando directamente sobre él. Porque el estrés no existe cómo entidad en la que actuar.

El estrés no es causa de malestar. Es más bien consecuencia.

El estrés no es un agente activo. Es una resultante pasiva.

Toda estrategia que busca directamente reducir el estrés es equivocada en su planteamiento. Porque no puedes “atacar” al estrés de manera directa.

El estrés no es presencia de malestar. Sino ausencia de bienestar.

Trata por tanto de buscar tu bienestar. Reconciliarte con aquello que te provoca bienestar.

No se trata por tanto de esforzarte para que no te afecte algo que te sienta mal. Sino de buscar de qué manera puedes encontrar momentos de bienestar que compensen el malestar que sientes por tener que afrontar una situación que te provoca ese malestar.

En definitiva, si quieres sentirte bien, no trates de luchar contra aquello que te hace estar mal.

Más bien, busca qué es lo que te hace estar bien y vívelo. Siéntelo.

No es quitando lo negativo y “desagradable” de tu vida cómo reducirás tu estrés.

Sino buscando cosas agradables y placenteras.

Mientras inviertas el tiempo en tratar de ver cómo puedes dejar que lo malo deje de afectarte, no estarás invirtiendo tiempo en favorecer que lo bueno entre en tu vida.

Si al contrario tratas de darte momentos de bienestar, permitirás que el tiempo de tu vida lo ocupen actividades y experiencias que te conectan con otro estado de ánimo.

Esta es la estrategia que yo llamo de “Inversión Activa”, porque te orienta a invertir tu tiempo y esfuerzo en activos positivos, en lugar de tratar de achicar o paliar lo efectos de los pasivos negativos.  

Tal vez lo veas algo obvio, pero no lo es.

Porque la mayoría de las personas al tratar de aplicarla, cometen ese error que te dije al principio que te contaría.

Y se trata de usar la estrategia de Inversión Activa para evadir su malestar. Sustituyendo el malestar del estrés con momentos de placer a modo de evasión.

Y es por eso que, bajo los efectos del estrés, muchas personas suelen caer en conductas adictivas. Porque esos momentos de placer se acaban entendiendo cómo “islas” de placer donde la persona se refugia para no sentir el dolor o malestar del estrés.

Muchos acaban en el alcohol, las drogas, la pornografía, los videojuegos o el juego patológico porque usan la estrategia de Inversión Activa cómo una evasiva del malestar.

Porque confunden placer con bienestar. No se trata de buscar fuentes de placer fin a si mismo, sino actividades que te proporcionen bienestar físico y mental.

El placer fin a sí mismo termina en cuanto una actividad se acaba y sus efectos desvanecen (por ejemplo un juego de apuestas o una película porno). No hay sensación de bienestar que después se alargue en el tiempo. Más bien sobreviene una sensación de vacío existencial.

Para que algo te proporcione bienestar, tiene que dar un sentido de plenitud a tu vida (por ejemplo actividades en familia, de ayuda a los demás, deporte, actividades artísticas asociadas a la creación de un resultado concreto, etc.).

Buscar momentos de bienestar no significa evadir el malestar con placer fin a sí mismo. Simplemente se trata de equilibrar nuestra vida de algo de oxígeno para también invertir tiempo en resolver los problemas que nos afectan.

Refugiarnos en el placer no es lo mismo que buscar también el placer.

La estrategia de Inversión Activa no hace que los problemas desaparezcan, sino que ha de servirnos para recargar las pilas y afrontarlos.  

Pero ahora he de hacerte la pregunta para ver si has entendido bien como aplicar esta estrategia a tu día a día.

Imagina tener muchas cosas que hacer y muy poco tiempo para ellas: menos de lo que crees que vas a necesitar.

Esto te provoca estrés.

Ahora bien, ¿cómo usas la estrategia de la Inversión Activa en este caso?

Parece imposible, ya que si buscar tiempo para el placer, tendrás menos aún…

¿Qué se te ocurre?

¿Y si te dijera que mi alumna Ana se dio cuenta de la estrategia de Inversión Activa en un caso similar?

Esto es lo que aprendió Ana, la alumna que llegó a esa conclusión después de haber luchado mucho tiempo con estrategias equivocadas de gestión del estrés.

Inicialmente ella gestionaba el estrés luchando contra él.

Lo que principalmente le generaba estrés era la cantidad de tareas a realizar y el poco tiempo a disposición.

Y para reducir el estrés hacía lo que se te ocurriría también a ti.

Hacer las cosas más rápidas, hacerlas en más tiempo (poniendo el suyo personal y restándolo de la familia) o hacer menos cosas.

¿A qué tu también estabas pensando una de estas tres estrategias?

Ninguna de estas estrategias le proporcionaba bienestar. Más bien lo incrementaba.

Porque haciendo las cosas con prisa, sentía más estrés y cometía más errores. Haciendo menos, se sentía culpable. Y poniendo tiempo propio, restándolo de su familia, le causaba conflictos, y le restaba tiempo de placer.

Ahí fue cuando un día decidió ir en contra de la tendencia natural: dedicó primero el tiempo que le tocaba a su familia y se puso a trabajar después.

Notó que la fuerza y el empuje que tenía era mayor. Y le permitía hacer las cosas en menor tiempo, pero sin prisa.

Al final fue ella misma que me dijo:- Roberto, he descubierto que no es haciendo las cosas más rápido que uno logra ser más productivo, sino cuidando su bienestar para que trabaje más contento.

En efecto, no era lo mismo para ella abordar el trabajo con la alegría de haber disfrutado de momentos con la familia, que haciéndolo con la presión de ir más rápido porque de no lograrlo, perdería ese momento con la familia.

Cuidó primero su bienestar, para que desde ese bienestar pudiera después afrontar los retos del trabajo con mayor agilidad y prontitud.

¿Qué te parece?

 Y ahora viene otra pregunta clave para que apliques bien esta estrategia: ¿Cuáles son las actividades que te proporcionan bienestar, lejos del placer fin a sí mismo?

Escríbeme en los comentarios. Quiero saberlas para ayudarte a diferenciar una cosa de la otra.

En todo caso, si tienes más dudas, escríbeme. Ojalá pueda prepararte un vídeo en mi canal de youtube que te ayude aun más.

https://www.youtube.com/c/psicologiatrabajoybienestar

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Y te recuerdo….

Si conoces a alguien que está pasando por algo parecido….

Comparte este post.

No te olvides que si quieres saber más encuentras más estrategias en mi curso ON LINE de Introducción al Mindfulness, que imparto para la Universidad de Murcia.

https://casiopea.um.es/cursospe//mindfulnessiniciacion.f

Y ahora quiero premiar tu paciencia por llegar hasta este punto.

¿Te gustaría acceder GRATIS a un vídeo exclusivo que te da consejos sobre cómo gestionar Tiempo, Dinero y Placer?

Accediendo a este enlace y poniendo tus datos, podrás acceder a la sala privada.

https://clasegratisgestiondeltiempo.gr8.com/

Si quieres ver el vídeo de este post, accede a mi canal de youtube y suscríbete.

https://www.youtube.com/c/Psicolog%C3%ADaTrabajoyBienestar

Hasta pronto.

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