¿Cuál de los dos perfiles es el tuyo?
Existen 2 Tipologías de Procrastinación. Y dos tipos de procrastinadores. ¿Sabes a cuál de ellos perteneces tú?
Superproductividad, ultramegaproductividad, productivos al 100×100…
Fieras de la Productividad, Tigres de la Organización Personal, etc.
Abundan en el mercado los programas que prometen ayudarte a superar la PROCRASTINACIÓN.
En este post te diré porque estás fracasando en todos (ojo, siempre eres tú el que fracasa y no el programa) y porque no te están funcionando por mucho dinero que le inviertas…
También descubrirás a cuál de los dos perfiles de procrastinadores perteneces…
Siiii, porque existen dos tipologías de procrastinación:
¿Sabes cuáles son?
¿Cómo diferenciarlas?
¿Cómo resolverlas y superarlas, dependiendo de cuál de las dos te afectan?
O tal vez te afecten ambas y no lo sabes….
Además, al final te daré algún consejo sobre cómo actuar y qué programas elegir en función del tipo de procrastinación que más te afecta.
Quédate conmigo hasta el final, porque prometo no solo ayudarte: te haré unas preguntas para que sepas qué tipo de procrastinación te afecta más y entonces saber cómo la puedes superar.
Antes de iniciar… Piensa en alguien que crees que procrastina. Te invito a que le compartas este post ahora mismo antes de seguir. Tú y yo podemos ayudar a muchas personas. Al menos darles ideas, así que te invito a que compartas esto antes de que se te olvide.
Si lo haces te premiaré al final un REGALO que estoy seguro que te va a encantar..
Lo que vas a encontrar a continuación es el resultado del asesoramiento a mis clientes y alumnos del curso deOrganización Personal y Gestión del Tiempo que imparto para la Universidad de Murcia.
https://casiopea.um.es/cursospe//organizacionpersonali.f
A ellos he de dar las gracias por permitirme compartir tanta experiencia.
Cuando era pequeño, me ilusionaba todo lo que pudiera romper con la rutina.
Tenía una vida muy estable: todos los días eran parecidos y no ocurrían grandes cosas. Eventos como que viniera alguien nuevo a casa, los vivía como situaciones especiales que me ilusionaban mucho. Incluso mover los muebles para pintar la casa: todo lo que se saliera de lo habitual me parecía curioso, interesante y motivador.
En mi casa solían surgir necesidades estructurales típicas de la convivencia de una familia de con 4 hijos. Niños que crecen y cambios necesarios. Y cada vez que se presentaba la necesidad de un cambio o una reforma, mi padre decía: “lo haremos cuando haga menos calor y entre el fresco”.
Posteriormente venía el otoño y al final el invierno. Y entonces mi padre decía: “lo haremos cuando haya más luz y días de sol”. Y así seguimos.
Todavía se tiene que comprar la casa en la playa que se había reservado para vivir la jubilación, y lleva 20 años jubilados.
Mi padre era funcionario, tenía las tardes libres, siempre gozó de buena salud y tiempo para hacer las cosas. Entonces:
¿Qué es lo que hacía que las aplazara?
¿Cuál era la causa de su procrastinación?
Ahora te doy otro ejemplo. Yo fui creciendo y me casé. Lo hice con una persona puro nervio. Al final de cada verano, al volver de la casa de vacaciones que nosotros sí teníamos, se planteaba cambiar los muebles del salón. Si no podía cambiar de muebles, lo hacía con su ubicación.
Con ella era todo lo contrario, no había día que fuera igual a otro. Siempre había un montón de cosas que hacer. Aunque fueran inútiles para mí, eran necesarias para ella. Tan necesario cambiar tanto que, al final, otras cosas más sencillas y necesarias pasaron en segundo plano y no se hacían.
¿Qué es lo hacía que una persona, el exacto opuesto de mi padre, también procrastinara?
¿Cuál era el mecanismo mental que llevaba a una persona tan activa a procrastinar?
Estos dos ejemplos definen los dos mecanismos mentales a la base de la procrastinación. Y los dos perfiles de procrastinadores.
¿Te gustaría saber más al respecto?
Y, sobretodo…
Si crees pertenecer a alguno de los dos, cuidado… Tal vez no sea todo como parezca.
Así que presta atención a lo que te vaya a decir a continuación, porque después, te haré una adivinanza. Que me digas a qué perfil pertenecen mi padre y mi ex mujer.
A ver si aciertas…
Existen dos tipologías de procrastinación.
¿Te encuentras a menudo muy atareado/a y sientes que no tienes el tiempo para ciertas cosas que vas aplazando sistemáticamente?
¿Probaste a ponerle solución disciplinándote mejor pero al final sentiste que no fluías y perdías espontaneidad?
Entonces el del primer tipo de procrastinadores.
¿Aplazas las cosas prefiriendo hacer otras, incluso de menor importancia y trascendencia y no sabes por qué?
¿Te has planteado disciplinarte pero esto incrementó tu sensación de malestar y, con el tiempo, pese a hacerlo, no mejoraste tu malestar y no te sentiste satisfecho/a?
Entonces perteneces al segundo tipo de procrastinadores.
Procrastinación por Dispersión: típica de aquellas personas que piensan en mil cosas. Normalmente suelen estar muy atareadas y difíciles de alcanzar. Se preocupan por muchos asuntos. Son generalmente aprensivas y ansiosas. También inconformistas por naturaleza y culos de mal asiento. Y cualquier cosa en cualquier momento puede desestabilizarles y captar su atención, aunque de manera fugaz y poco consistente, hasta que llegue otra causa de preocupación que desplace a la anterior.
Procrastinación por Desmotivación: afecta a esas personas que aparentemente no muestran motivación para una tarea. Tienen todo el tiempo del mundo para hacer ciertas cosas, pero al final no las hacen. Se toman su tiempo y pueden llegar a desesperarte. Y a veces se convierten en escapistas profesionales al más puro estilo del mago Houdini.
Bien, imagino que entenderás que mi ex mujer pertenece al primer perfil y mi padre al segundo. ¿Verdad?
¡Cierto!
Y tú… ¿Te identificas en alguno de ellos?
Pero ahora he de hacerte una advertencia: no cometas el error que cometen muchas personas.
¿Sabes cuál es?
He asesorado muchas personas y alumnos en mi curso de Organización Personal y Gestión del Tiempo. Más de 100 personas en los últimos dos años. Y la procrastinación siempre ha sido el tema más interesante a tratar. Gracias a este enfoque conseguí desbloquear a muchas personas.
Y te lo voy a desvelar.
Muchas personas cometen el error de considerar que a la base de la procrastinación del primer perfil (DISPERSIÓN) solo está un forma de despiste. Y que la causa del segundo es la pereza.
Y este es el motivo por que fallan muchos programas de entrenamiento que te prometen acabar con la procrastinación.
Porque a la base de la procrastinación, en ambos casos hay un problema emocional. No es cuestión solamente de vicios adquiridos. Sino de necesitar intervención de tipo psicológico.
¿Quieres que te comente más?
Estoy seguro que con lo que te voy a contar a continuación habrá un antes y un después a la hora de culparte o culpar a los demás de procrastinar.
En el primer caso, hay una inestabilidad emocional que lleva a la pérdida de foco. Será interesante entrenar primero el foco pero, si el problema persiste, la falta de foco será la justificación que te darás por no haber sido capaz de gestionar tu nerviosismo. Tendrás que pasar a otra estrategia de la que me gustaría contarte algo en próximo vídeos.
Para ello indícame en los comentarios si te interesa que trate de este tema en mis próximos vídeos.
En el segundo caso, puede que te estés machacando por no lograr lo que te propones debido a tu pereza. ¿Verdad? Te aliviará bastante saber que tu problema no es la pereza. Lo que tú ves superficialmente como pereza o desmotivación es porque no eres consciente de que estás viviendo un conflicto de intereses subconsciente.
La verdad no es que te desmotive esa tarea, sino que estás obteniendo resultados más convenientes del no realizar esa tarea o de realizar otras, en lugar de dedicarte a lo que estás aplazando sistemáticamente.
Hay un retorno positivo y una renta favorable que estás obteniendo por no hacer aquello que te propones hacer. Y por eso no lo haces.
Bien, y ahora…
¿A cuál de los dos colectivos perteneces?
¿Cuál es el tipo de procrastinación que más padeces?
¿Te gustaría saber qué puedes hacer para salir de uno u otro caso?
Hay una estrategia diferente que has de abordar dependiendo del tipo de procrastinación que te esté afectando.
Cuéntamelo en los comentarios y te prepararé un video extra para ayudarte a superarlo
Me encantaría ayudarte gratuitamente a superarlo. Pero, para ello quiero saber si este tema te interesa lo suficiente como para dedicarle una segunda parte.
Y ahora el consejo final…
Te había prometido un CONSEJO FINAL para elegir mejor el programa que te puede ayudar, dependiendo de tu tipología de procrastinación.
Y también te prometí un REGALO SORPRESA GRATIS.
Vamos a ello.
En primer caso de procrastinación por DISPERSIÓN, Si el problema es leve, entonces para paliar sus efectos, te vendrán bien los programas basados en disciplinas férreas de organización. Pero, si el problema persiste, te darás cuenta de ello porque notarás que tras unos inicios muy provechosos, tu crecimiento se estanca. Incluso tras el programa puede que notes que vuelves a las andadas.
También te puede pasar que si padeces de DISPERSIÓN y el problema no es una simple pérdida de foco, en medio del programa sientas frustración y rechazo por la metodología, alegando que te está encorsetando demasiado y no te permite “fluir” espontáneamente. Esta será la justificación racional que te darás para procrastinar nuevamente el acceso a un remedio.
Todos estos indicadores serán señales de que a la base de esa dispersión no está solo un problema de foco, sino un problema de inestabilidad emocional que has de tratar psicológicamente.
En el segundo caso, de procrastinación por DESMOTIVACIÓN, hay algo que considero el “fracaso” que sufre la mayoría de las personas.
¿Quieres que te cuente?
Muchas personas que están en este perfil, suelen caer en tipos de programa que ponen atención en el foco y en una disciplina férrea. Esto no hace más que incrementar su malestar y sentimiento de culpabilidad porque en el fondo hay una parte de sí que no quiere cumplir con las tareas que procrastina porque siente que, en caso de hacerlo, renunciaría a otros beneficios.
Todo esto nos pasa a nivel subconsciente y no nos damos cuenta. Pero, a cambio, somos conscientes de nuestro malestar por “desnaturalizar” algo que en el fondo para nosotros es importante. Estaremos yendo en contra de nuestra propia naturaleza. En estos casos notarás señales de tristeza o insatisfacción. Cómo que el camino que has elegido no te llena como pensabas.
En estos caso es más importante orientarse a programas de crecimiento personal que te ayuden a conectar con tu ser, y apaciguarte con tus propias auto-exigencias, en lugar de trabajar la discplina férrea.
Y el problema mayor es que muchas personas que se consideran “procrastinadoras”, pertenecen a este segundo perfil y acaban en programas de disciplina orientados más bien al primer perfil.
¿Qué te parece?
¿No crees que es súper útil conocer esto para evitar estrellarse a la hora de tratar uno su procrastinación?
¿No te viene en mente a nadie que a lo mejor esté pasando por esto ahora mismo?
Te invito entonces que compartas este post con aquellas personas.
No te olvides que este contenido está extraído desde mi curso de Organización Personal y Gestión del Tiempo que imparto para la Universidad de Murcia.
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Y al respecto quiero homenajear tu paciencia por haber leído hasta este punto, dándote acceso a un ejercicio gratuito que invito hacer a mis alumnos para entrenar el FOCO y dejar de procrastinar.
Accediendo a este enlace y poniendo tus datos, podrás bajarte el ejercicio.
https://entrenarelfocoparadejardeprocrastinar.gr8.com/
Si quieres ver el vídeo de este post, accede a mi canal de youtube y suscríbete.
https://www.youtube.com/c/Psicolog%C3%ADaTrabajoyBienestar
Hasta pronto.
